El consumidor habla y exige

Hace unos años los consumidores compraban teniendo en cuenta el precio, en primer lugar, seguido de sabor y comodidad. La motivación de compra ha cambiado y ahora el consumidor, especialmente en países desarrollados, mira más su salud y bienestar, y también la seguridad y el impacto social, según Deloitte Consulting en Estados Unidos. Sucede algo similar en ciertos nichos de mercado en Colombia, siendo una tendencia que se extiende y crece.

Las exigencias del consumidor no se pueden echar en saco roto. Además, hay que mantenerlo muy bien informado -casi que educarlo-, mostrarle cómo mantener y aprovechar la calidad, cómo usar los cortes y cómo almacenarlos, entre otros aspectos, para que no se convierta en un enemigo, para que siga siendo un aliado. Él es la razón de la producción.

El consumidor debe estar al tanto de los procesos que ha tenido el trozo de carne que compra; los referidos a inocuidad, uso de antibióticos, bienestar, manejo, nutrición… Él entiende de estos temas y los aprecia y, por lo mismo, puede estar dispuesto a pagar un poco más. Ahí radica la importancia de la trazabilidad: hace posible tener información actualizada sobre esos procesos y comunicarlos de manera detallada y eficiente.

Eso lo han entendido empresarios de la cadena que integran eslabones para controlar los procesos en las diferentes etapas y que además hacen alianzas, poder asegurar la calidad por la que se esfuerzan. Lo hacen porque entienden lo que demanda el consumidor y quieren asegurar que su producto sea recibido en condiciones óptimas.

En esta edición mostramos dos ejemplos de empresarios que han volcado su mirada al mercado: San Miguel del Jordán y Comercializadora San Felipe. Ellos hacen manejos adecuados en las explotaciones y en los subsiguientes eslabones, y son reconocidos por su calidad y por su eficiencia. ¡Muestran que es posible cambiar!

Muchos aspectos aportan a esa calidad añorada y buscada. Desde el potrero, como lo relata Gabriel Serrano, a partir de construir explotaciones más eficientes; con un gremio que propenda por los intereses de los ganaderos, como lo construye un grupo de ellos; enriqueciendo el quehacer de los ganaderos con conocimientos, como lo vimos en Barrancabermeja con Fedagro, en Socorro con su Comité de Ganaderos y en Santa Marta a propósito de Porciaméricas; con procesos eficientes con el medio ambiente como lo relatan los porcicultores y su granja en Puerto López; como lo hace Agrolonja en San Marcos, Sucre con la tecnología; o los criadores de búfalos con la nutrición; o reduciendo los gases de efecto invernadero con los bonos de carbono… Todo aporta a la hora de “pensar y actuar en cadena”.

Esa eficiencia y esa mirada “en cadena” podremos apreciarla en Francia, en el Sommet de l’Élevage. Colombia es país invitado de honor y la raza Charolaise la elegida. Será una buena oportunidad para apreciar cómo ese líder indiscutible en ganadería que es Francia, ha logrado esa posición.

Hay mucho por construir, sin duda.

Coordinadora de Experiencias