Locura consumidora
“Tengo un sueño”, dijo Martin Luther King hace unas décadas. Si bien el contexto era otro, a los ganaderos colombianos parece que se les cumple el sueño de recibir más dinero por su gestión ganadera. ¿Cuál es la explicación de ese aumento en los precios del ganado a nivel mundial? Analistas del portal Drovers en Estados Unidos lo atribuyen al incremento en la calidad de la carne: su industria registra que casi el 85% de las novillas y el 75% de los novillos están clasificados en las categorías Prime y Choice. Un segundo punto que agregan al análisis es que las preferencias de los consumidores han cambiado hacia carnes de res de muy buena calidad y sabor, especialmente las preferencias de los más jóvenes, jalonado por sus habilidades culinarias crecientes. La salud es el tercer punto que anotan los analistas. Las comunicaciones de la industria hacen que la carne se vea de forma más positiva, como producto saludable.
Las cifras hablan: el consumo de carne de res ha aumentado en Estados Unidos después del Covid, superando a la carne de cerdo y de aves de corral juntas, al punto que los hogares gastan US$84 más per cápita al año, comparado con el periodo 2005-2015. Con este panorama, Estados Unidos reconstruye su hato vacuno; Rabobank prevé que el inventario de vacas de carne para el 1 de enero de 2026 será de 28 millones de cabezas, 200.000 más que este año 2025 y alrededor de 500.000 más durante el 2026 enfrentando retos como los costos de los alimentos y la escasez de mano de obra.
China y Rusia también consumen más carne de res, igual que otros países. De manera que los grandes productores se alistan y acomodan. En Argentina, por ejemplo, el mercado inmobiliario de zonas ganaderas está siendo apreciado por ganaderos que venden vacas –de alto valor en este momento– para comprar predios liberando los que tienen alquilados y fortalecer su producción cárnica o para alquilarlos para producir carne. Antes se necesitaban tres vientres para comprar una hectárea, hoy se necesita uno y medio, mencionó el Diario La Nación en septiembre.
En muchos países los retos se parecen: salud animal, tierras degradadas y que además se enfrentan a otros usos, recambio generacional, mano de obra… Frente a una demanda que parece seguirá creciendo y con consumidores que siguen siendo fieles a la proteína animal. Tal parece que los jóvenes rompen algunos paradigmas sobre el consumo de la carne. ¡La eficiencia se impone!
En Colombia aumenta débilmente el consumo de carne de res y con mayor impulso la de cerdo que gana eficiencia y le sigue dando valor agregado a su producción. Tema de análisis para otro escrito.
El futuro del sector cárnico colombiano –res, búfalo, cerdo, cordero– tiene grandes posibilidades al interior del país y fuera de las fronteras.
Coordinadora de relatos




