De Carne 68

Migrar hacia lo sostenible y saber contarlo

Es un hecho, el que no cacarea su huevito, puede perder el año, como se dice popularmente. Esto aplica a los ataques que sufre la ganadería de unos años para acá, ataques que no discriminan los diferentes sistemas de producción. La realidad es que la producción de carne en Colombia –la de leche también– tiene una inmensa fortaleza: en su gran mayoría se produce en pastoreo. Es la parte positiva a partir de la cual hay que construir nuevas rutas.

Hay suficiente conocimiento científico y empírico que muestra la contribución del sistema de pastoreo al desarrollo social del campo y a la captura de carbono cuando se ejecuta de manera adecuada. Se impone comunicar de manera asertiva ese conocimiento usando los medios tradicionales sin olvidar las redes sociales, para así alcanzar los diversos públicos, y desvirtuar, por ejemplo, la idea de que la carne no es necesaria en nuestra dieta. Debemos contrarrestar a los anti carne y su fuerte agenda recordándole a todos los públicos que somos omnívoros desde hace varios millones de años, que la carne ayudó a la evolución del hombre y que esa proteína nos aporta minerales y vitaminas de alta calidad, indispensables para la salud. La proteína animal puede ayudar a que menos niños en el mundo tengan desnutrición; en la actualidad, 1 de cada 5 niños tiene retraso en su crecimiento.

Un paso atrás, es decir antes de disparar información, primero debe construirse una estrategia que permita comunicar con lenguajes adecuados para cada audiencia, los mensajes que rescaten y den valor al quehacer del sector cárnico. Científicos, ganaderos, investigadores, docentes, políticos, consumidores y emprendedores, todos ellos tienen mucho para compartir y así crear sinergias para que la cadena cárnica tenga solidez –por ejemplo a partir de la formación de profesionales que ayuden a desarrollar sistemas silvopastoriles–, para tener mejor producción, mejor nutrición, mejor medio ambiente, mejor vida, como reza la estrategia de la FAO.

Otro paso más atrás: tener claro como país la mejor ruta para la producción de carne. Circulan en las redes videos realizados en Uruguay sobre las fortalezas de su ganadería, que muestran la coherencia, que hay trazabilidad, que hay una marca país, rescatan atributos y cualidades de la carne allí producida.

La ganadería levanta pasiones. Como cadena debemos equilibrar esas pasiones con los avances científicos y el conocimiento práctico de los ganaderos y demás actores del campo “para que todos los aspectos de la ganadería tengan un peso similar en la ecuación de la sostenibilidad”, mencionó Ana Granados, vicepresidenta de la Plataforma Europea de Investigación Animal Task Force.

Es simplista decir que la ganadería a pasto es suficiente. La nuestra es extensiva y debe migrar a sistemas de producción sostenibles y cadenas de valor. Colombia se ha comprometido a tomar acciones que mitiguen las emisiones de gases de efecto invernadero y la deforestación con la pérdida de biodiversidad asociada mediante la Política para la Ganadería Bovina Sostenible 2022-2050, la cual busca impulsar la transición en ese sentido. Aunque todavía quedan muchos desafíos para que veamos el cambio ya el país da pasitos. Hay que cacarear mucho.

Coordinadora de relatos

Adenda. A comienzo de febrero, la FAO refirió que durante 2023, mientras los precios de las carnes de res, cerdo y aves bajaban en los mercados mundiales, la de cordero subía debido al déficit. ¿Cuándo veremos que este sub sector gane competitividad?  

 

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