De Carne 67

Carne colombiana con futuro

La meta no puede quedarse en ser un poco sostenible. Si bien se puede avanzar en la senda de la sostenibilidad, la meta debe ser una gestión abarcadora que sea eficiente y con resultados reales que reflejen el compromiso ético del ganadero en temas ambientales, en bienestar humano y animal, y en productividad. Sin términos medios, sin grises. Para ofrecer productos que protejan los bosques, los suelos y la biodiversidad, que conserven áreas de alto valor biológico, que restauren y promuevan la regeneración natural. La tarea no es pequeña, pero ese compromiso va aunado con lo que los consumidores piden cada vez más insistentemente.

Colombia puede aprovechar la ventaja de su producción ganadera en pastoreo imperante en el país para bovinos, bufalinos y ovinos. Y otras ventajas que parecen abrirse en los mercados internacionales. Enumero.

Empieza a haber una reacción para mostrar ante los consumidores que la carne producida a pasto, bien manejada y con la trazabilidad adecuada para constatarlo, no es el gran enemigo que algunos habían pintado.

Otro aspecto tiene que ver con una noticia aparecida en los medios hace un par de meses: “El fenómeno veggie pierde inercia, más de 600.000 consumidores abandonan esta dieta tras la pandemia”, anunció The Green Revolution sobre lo que sucede en España. Y en Estados Unidos las empresas que ofrecen productos que simulan cárnicos pero fabricados a base de vegetales, están teniendo problemas por la falta de crecimiento del mercado, es más por la disminución del volumen de ventas. Parece que las consideraciones de salud que llevaron a muchos a seguir dietas veganas ahora ceden paso a buscar productos naturales y, a disfrutar un buen pedazo de carne. No es definitiva la tendencia, pero algo indica.

Un tercer aspecto lo planteo a partir de las estadísticas de Rabobank, referidas al cuarto trimestre de este 2023. Ese organismo dice que los mercados de la carne se han movido en dos sentidos: la contracción de la producción en Estados Unidos y producción en aumento y a menores costos en el sur del hemisferio. El analista senior de Rabobank, Angus Gidley-Baird, dice que “esas tendencias opuestas en los ciclos ganaderos, exageradas por los patrones climáticos, han provocado una redistribución del comercio de carne vacuna que continuará en 2024”. ¿Se abrirán ventanas de oportunidad para la carne colombiana tal vez en ese gran mercado del norte que se verá forzado a importar o en otros mercados que el país del norte dejará de atender? No pueden ser oportunidades solo para Brasil y Australia, cuyas producciones van en aumento…

Colombia tiene mucho para ofrecer en producción cárnica. Necesita fortalecer su producción, mejorar indicadores y edad al sacrificio, hacer trazabilidad, abrir mercados… La tarea es enorme pero no imposible.

El año que llega tal vez nos traiga alegrías en ese sentido. 

Coordinadora de relatos

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