La primera mirada a las cifras de la cadena cárnica referidas al año 2021 puede llenarnos de optimismo: diez empresas se destacaron por exportar carne producida en Colombia; el total, a diciembre, fue de 56.790 toneladas, 66,4% más que en 2020 (34.124 t) y 173,4% más que en 2019 (20.774 t). Sí, 2021 fue un año récord en exportaciones de carne bovina, esos despachos significaron USD$247,7 valor FOB.
Aunque el desempeño en la exportación de ganado en pie parece haberse estancado, no se trata de cifras menores: en 2021 se enviaron 247.171 bovinos a otros países, 6,4% menos que en 2020, refieren cifras del Diario La República.
El Invima dio aval a plantas colombianas procesadoras de tripas y mucosas de origen porcino, bovino, ovino y caprino para exportar sus productos a Brasil. Nueva oportunidad para la cadena cárnica.
Aquí aplica la segunda mirada, que más bien es una serie de preguntas: ¿Riñe realmente la exportación de ganado en pie con la carne para consumo interno? ¿El alto precio del ganado se debe a las exportaciones? ¿Por qué está más caro el ternero para exportar que el ganado gordo? ¿Está lista Colombia para exportar más carne? ¿Estamos perdiendo pie de cría? ¿Para cuándo mejorarán los parámetros productivos del hato nacional? El gremio porcícola ha impulsado el aumento del consumo de esa carne, ¿se vislumbra el aumento del consumo de otras como la ovina? ¿Por qué llevamos tantos años sin una real y robusta política ganadera? ¿Qué plantean los candidatos sobre política ganadera?
Sin duda, hay mucho trabajo por hacer y la mirada debe ser abarcadora, con gran proyección de futuro. Colombia tiene enormes oportunidades con su carne bovina producida a pasto, la cual ayuda a reducir las emisiones de gases efecto invernadero mientras que la ganadería estabulada llega a emitir hasta 500 litros de metano al día. Este hecho nos alinea con el manejo responsable necesario para el planeta y para acceder a mercados exigentes.
Ante estas oportunidades y retos, las plantas de beneficio tienen una carga pesada en la medida en que deben ajustar sus procedimientos a la normatividad –muchas van más allá para adelantarse a las condiciones del mercado y del planeta– y a la vez luchan contra la informalidad de manera desigual. Nos lo refieren algunos gerentes de plantas regionales; también entrevistamos a dos responsables de plantas de sacrificio de equinos.
Los dejo con esta edición que nos muestra lo que hacen algunas plantas del país, con el análisis de Luis Arango sobre los precios del ganado, lo que dicen los catálogos de semen, con el emprendedor que destacamos este mes, las cifras de los búfalos referidas a 2021, los retos del sector ovino para mejorar sus canales y la inspiración que nos aportan los asaderos de Boyacá. Espero que la disfruten.
Coordinadora de relatos
