Los bovinos han sido tildados durante mucho tiempo como los malos en la conversación sobre el clima. Si bien ellos impactan el clima, la ciencia cuenta una historia diferente, la cual comienza con la comprensión de cómo funcionan los diferentes gases de efecto invernadero y los impactos ambientales de cada gas.
No todos los gases de efecto invernadero –GEI– son iguales, cada uno impacta el ambiente de manera diferente.
El dióxido de carbono (CO2) es el más destacado y a menudo se considera sinónimo de todos los GEI. Se libera a partir de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles, cambios en el uso de la tierra y deforestación, y otros procesos naturales. Permanece siglos en la atmósfera y es absorbido por las plantas como parte del ciclo biogénico del carbono.
El metano (CH4) tiene impacto 28 veces mayor que el CO2. Se libera por la descomposición de materia vegetal, ganado y prácticas agrícolas, permanece unos 12 años en la atmósfera y se descompone en el aire mediante un proceso natural llamado oxidación de hidroxilo, durante el cual los radicales atmosféricos quitan el hidrógeno del metano y lo convierten en CO2. Es decir, a medida que se produce el metano, también se destruye.
El óxido nitroso (N2O) agota la capa de ozono y es unas 300 veces más potente que el CO2. Se libera de las bacterias en el suelo, a través de prácticas agrícolas modernas como la labranza, el cultivo del suelo y el manejo de desechos del ganado, y mediante el uso de fertilizantes ricos en nitrógeno. Permanece: unos 110 años en la atmósfera.
• Cómo se elimina: el óxido nitroso es absorbido por ciertos tipos de bacterias o destruido por la radiación ultravioleta o reacciones químicas.
Entender cómo funcionan los GEI y su impacto en el planeta hace posible tomar medidas para mitigar ese impacto. Lo claro es que no es viable comparar bovinos con automóviles.
Ver el tema completo en https://www.planetofplenty.com/climate-change/moo-ving-carbon-cattle-and-the-biogenic-carbon
