El menor poder adquisitivo, el auge de la desocupación que se viene dando en los últimos años y el fuerte aumento del valor de la carne vacuna impactaron de lleno en la baja del consumo.
“En febrero se plancharon los precios, pero hubo un 73% de incremento interanual en promedio, 40 puntos más contra los aumentos de los salarios”, comparó. La carne de pollo es una de las más económicas por lo que tuvo un abrupto crecimiento en el consumo.
Los cortes que más se encarecieron en el último año en Argentina fueron el asado de tira y la colita de cuadril -punta de anca- que superaron el 81%, según datos IPCVA. Más allá de este incremento en el último tiempo, para Leonardo Rafael, presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya) el valor llegó a un techo debido a que coincidió con el poder adquisitivo de la población en descenso. “No se puede cobrar más cara la carne. Pero está retrasada en un 15%, lo están absorbiendo el matarife (logística) y la carnicería”, afirmó.
En la merma del consumo de carne vacuna vienen influyendo los cambios de hábito de consumo de los argentinos que buscan otras carnes, como la de pollo y de cerdo, que son más económicas. En menor medida también impactan las nuevas tendencias alimentarias, como los vegetarianos y veganos, que ven a la carne como “un enemigo”. Las nuevas tendencias alimentarias empiezan a influir, por ahora, de forma incipiente.
Aún así, cada argentino sigue consumiendo la misma cantidad de proteína animal. En 2020 se cerró con una ingesta de 108 kilos per cápita entre las tres carnes, muy parecido al 2019, pero muy por encima de 30 años atrás que no llegaba a los 95 kilos. El consumo de carne de cerdo trepó de 7 kilos hace 20 años a 16 kilos en la actualidad.
Los datos del IPCVA, indican que en Argentina el 66% de la población es carnívora y continúa con los hábitos de consumo tradicionales. Pero ya un 29% es flexitariano (comen carne en menor proporción), un 3% es vegetariano y un 2%, vegano. Para Adrián Bifaretti, del IPCVA, estas nuevas tendencias son más marcadas en los jóvenes que en generaciones anteriores.
