DE CARNE 47

Volumen o calidad…O ambos…

Los hábitos de compra han cambiado a raíz del COVID-19: más de 25% de los consumidores utiliza los canales virtuales y los analistas presagian que tal vez ese cambio llegó para quedarse pues más de 75% de esos consumidores refiere que seguirá comprando por los canales virtuales. En el sector que nos ocupa, los expendedores de carne, algunas tiendas, grande superficies y restaurantes, entre otros, ahora despachan carne a domicilio. Muchos han cambiado su modelo de negocio.
De la misma manera, pareciera que los mercados internacionales nos esperan de forma diferente a como la carne colombiana ha llegado. Veamos: según el DANE, en 2019 Colombia exportó 20.773 toneladas de carne a Líbano, Rusia, Egipto o Vietnam, mercados de bajo valor. Y exportó también 75,370 cabezas de ganado, que equivalen a 19,094 toneladas de carne, sin agregar valor. El valor de exportación fue de US$132 millones. Así mismo, Fedegan informó que nuestra industria cárnica aumentó los volúmenes de exportación en 80% durante el primer trimestre de 2020.
Todavía no se sabe con certeza cuál será el impacto de la pandemia en la cadena de valor de la carne. Aunque se vislumbra que la intensificación sostenible podría ser uno de los caminos que incentive el logro de metas orientadas a la calidad más que el volumen, o a ambos de manera que diferencie distintos tipos de mercado, lo cual no sería descabellado para no poner todas las manzanas en un solo canasto. Lo cierto es que Colombia puede lograr un lugar destacado en los mercados internacionales de la carne.
Parece que el país da pasos en ese sentido, lo notamos en los contenidos de esta edición, los cuales recogen lo que vive el país y que referimos de manera somera: el ordenamiento territorial, nuevo intento de la UPRA, para orientar sobre el tipo de carne y dónde producirla de manera más eficiente; un nuevo camino puede ser el uso de donadoras jóvenes seleccionadas según los récords de producción de sus madres, para avanzar en desempeño y en fenotipo, además desarrollar proyectos de cría con énfasis en carne de calidad y uniformidad de canales; disminuir mermas durante el transporte del ganado; planeando la nutrición bovina para todo el año a partir de fuentes de nutrición no convencionales o mediante cultivos que aseguren alimento en épocas de poco forraje y, a la vez, cuidando la presencia de los elementos esenciales en la pradera para asegurar la calidad y cantidad del forraje; buscando la buena velocidad de rotación de capital en la etapa de levante; aprovechando el respaldo de las investigaciones de Agrosavia, como las que realiza con el bovino Sanmartinero; analizando la información de la empresa ganadera para orientarla al éxito; con medicina preventiva para asegurar el bienestar animal; usando herramientas disponibles para regenerar el entorno ganadero; encadenando de la finca a la mesa…
Son variados temas con los cuales esperamos mostrar el camino de eficiencia que ha emprendido el país y que se unen a las reflexiones sobre la residualidad de anabólicos en carnes, tema de no poca monta. ¡Feliz lectura!
Coordinadora de relatos


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