¡Ojo! No confundir una herramienta con un PMG

Las bases‭ ‬para establecer un programa de mejoramiento genético‭ ‬-PMG-‭ ‬requieren de animales adaptados y seleccionados localmente‭,‬‭ ‬y trabajando en el campo‭.‬

Germán Martínez Correal. MV., MSc., PhD.
germanmartinez@ganadocriollo-colombiano.com

La producción animal no solo es el producto de la herencia –genes–, ya que el ambiente y todos sus componentes –clima, suelo, agua, forrajes, salud, alimentación, nutrición, manejo y mercado–, tienen un efecto grande en la expresión del fenotipo productivo, el cual podemos definir como el conjunto de caracteres visibles que un individuo presenta como resultado de la interacción entre su genotipo –herencia– y el medio. Se resume en la siguiente función de producción: Fenotipo (F) = Genotipo (G) + Ambiente (A) + Genotipo x Ambiente (GxA), es decir F = G + A + GxA. Asimismo, es importante anotar que el genotipo (G), o herencia, proviene de la información de los genes –unidades de herencia– que un individuo recibe de sus progenitores: 50% del padre y 50% de la madre y que existen diferencias genéticas entre individuos, razas y especies, e igualmente diferentes formas de acción de los genes.

El desarrollo de un programa de mejoramiento genético –PMG–, en cualquier ámbito, requiere de organización y orientación precisas en las que los elementos fundamentales a considerar son: 1. El ambiente productivo y sistema de producción; 2. La estructura genética de las poblaciones localmente adaptadas, objeto del PMG, su distribución y tamaño poblacional; y 3. Es fundamental que exista información precisa –registros– que haga posible llevar a cabo, previamente, la evaluación genética y económica de la raza o razas de donde se seleccionarán los animales que contribuirán con sus genes a la siguiente generación.

Principios de la herencia

Relación entre efectos aditivos y no aditivos. Se sabe, por resultados experimentales, que existe una relación genética inversa entre las proporciones relativas de efectos aditivos de los genes responsables de la herencia de un rasgo (h2) y de las diferencias genéticas entre individuos, razas y especies por efectos de dominancia, conocido como heterosis o vigor híbrido. Esto lo podemos resumir en el siguiente esquema:

Rasgos adaptativos (fertilidad, rusticidad, longevidad): baja h2 y alta heterosis Ht o vigor híbrido (VH).

Rasgos producción (crecimiento, producción de leche): h2 y VH promedios.

Calidad del producto (terneza, sólidos leche): alta h2 y bajo VH.

Con base en este esquema se podría concluir que, si se requiere mejorar reproducción –la característica de mayor importancia económica–, debemos utilizar las diferencias genéticas de razas localmente adaptadas y hacer cruzamientos en forma dirigida. Y si el propósito es mejorar la calidad del producto debemos seleccionar razas apropiadas para tales fines, sin perder nunca de vista la interacción, es decir, teniendo en consideración que el PMG se debe orientar hacia las poblaciones adaptadas al entorno productivo y no pretender cambiar este para razas de elevada producción, pero en ambientes mejorados, distantes de la realidad ambiental del trópico húmedo bajo de nuestro medio.

Mejoramiento genético

Selección. El objetivo primario de la genética, aplicada al mejoramiento de la producción animal, es evaluar el aporte de las razas –herencia– a través de las dos herramientas que nos provee: la selección y los cruzamientos. La selección tiene dos formas: natural y artificial. La selección natural es la ejercida por la naturaleza, la supervivencia del más apto. El más apto no es el más grande, el más bonito, ni el que posee los mayores volúmenes de producción –carne, leche, huevos, lana, etc.–, sino aquel que posee el mejor balance entre producción y adaptación, esta última en forma de la mayor capacidad de reproducción, sobrevivencia y longevidad, resistencia al clima, enfermedades y parásitos presentes en el medio productivo.

La selección artificial, ejercida por el hombre, no es otra cosa que permitir que se reproduzcan los animales que a su criterio considera superiores; su efecto genético es el aumento de la frecuencia de los genes de las características seleccionadas.

Cruzamientos. La segunda herramienta de mejoramiento genético son los sistemas de cruzamiento, los cuales buscan tomar ventaja de las combinaciones de los diferentes genes con efectos aditivos –complementariedad– y no aditivos –heterosis– que poseen las razas utilizadas en el sistema de apareamiento; su efecto genético, el vigor híbrido o heterosis, se define como la superioridad de ciertas características de los individuos híbridos o cruzados, con respecto al comportamiento promedio de las razas que dieron origen al nuevo individuo –híbrido–.

Interacción genotipo – ambiente. El equilibrio genético –homeostasis– es el mecanismo que permite que los más aptos se reproduzcan, sobrevivan y produzcan según la oferta ambiental; esta es la base fundamental de la teoría evolutiva expuesta por Charles Darwin en 1859; dicho equilibrio genético se rompe debido al antagonismo genético que existe entre los dos tipos de selección, natural y artificial. Animales seleccionados artificialmente para altos niveles de producción o aquellos importados de otras latitudes requieren un ambiente especial –nutrición, salud– para que puedan expresar su potencial genético. Si las condiciones no son las adecuadas, lo primero que suspenden los seres vivos son los mecanismos reproductivos, el rasgo más importante en la producción. Si los animales no se reproducen y sobreviven, simplemente no hay carne, leche, huevos, lana, etc.

La anterior situación, en otras palabras, se interpreta como la interacción genotipo – ambiente (GA), la que se constituye en la mayor limitante que se presenta en las condiciones hostiles del trópico cuando se pretende producir con genotipos o razas no aptas.

El mejoramiento genético se inició mucho antes del descubrimiento de las leyes de la herencia. Ha sufrido muchos cambios y la base fundamental radica en la información, los registros de los eventos de interés: genealogía, reproducción, crecimiento y calidad del producto. Los nuevos desarrollos de procesos biotecnológicos relacionados con el conocimiento de la composición genética –o genotipo de los organismos vivos (genoma)– y avances en sistemas de reproducción han permitido hacer un uso más intensivo, mediante inseminación artificial –IA– y transferencia de embriones –TE–, de los individuos considerados como superiores, los de mayor mérito genético.

El mérito genético de un individuo se puede conocer mediante la medición de su propio comportamiento y/o de la información de sus familiares: ancestros, colaterales –hermanos, primos, etc.– o de sus descendientes –progenie–, ya que todos ellos comparten información genética –genes– con el individuo objeto de evaluación; en la medida que la relación familiar es más cercana, la información genética será de mayor precisión. En este sentido, el método más preciso para evaluar y seleccionar un animal es evaluarlo a través del comportamiento de su progenie, ellos poseen la mitad de la información genética de los progenitores.

En los países industrializados, los PMG son los mecanismos de mayor impacto en el incremento de la producción animal; los PMG mantienen un gran dinamismo y cada día involucran nuevas metodologías de genética cuantitativa –modelos estadísticos– y molecular –técnicas de ADN–, con el fin de identificar los mejores individuos para que contribuyan con su aporte genético al mejor desempeño de su progenie.

Cómo estructurar un PMG

Una vez conocidas las bases de la genética y cuál es su utilidad para el establecimiento de un programa de mejoramiento genético, veamos cuál es la situación colombiana y cómo podríamos contribuir al desarrollo sostenible y racional de un PMG.

El ambiente productivo y sistema de producción es el factor de mayor relevancia para definir qué producir y cómo producir. Se requiere de un diagnóstico exacto de las condiciones ambientales y cuál es el objetivo del sistema productivo: leche, carne o doble fin. Existe un buen caudal de información agroecológica en nuestro país y se vienen haciendo esfuerzos importantes para mejorar el medio productivo en pro de un desarrollo sostenible y competitivo de los agroecosistemas de distintas regiones.

La estructura genética de las poblaciones localmente adaptadas –razas– objeto del PMG, en cuanto a su distribución y cantidad. El país conoce la población total de bovinos, pero no hay un censo efectivo de las poblaciones de cada una de las treinta y tantas razas bovinas que se encuentran en el país. Existe, desde 2018, una aproximación –encuesta nacional– sobre la estructura poblacional de especies y razas domésticas del país (DAD-IS, FAO). En condiciones de trópico húmedo, solamente las razas índicas, con el Brahman a la cabeza, algunos biotipos compuestos con razas taurinas europeas e índicas –Brahman, Gyr– y las razas criollas, únicos Taurus localmente adaptados, poseen tamaños poblacionales adecuados para adelantar un PMG. En trópico medio y alto existen razas taurinas europeas, localmente adaptadas –colombianas–, como el Normando, Holstein, Pardo Suizo, Jersey, etc., que ofrecen posibilidades de desarrollo sostenible y competitivo sin necesidad de acudir al exabrupto de hacerlo con razas mejoradas en otras latitudes.

Fundamental que exista información precisa –registros– que permita llevar a cabo la evaluación genética y económica de la raza o razas. De estas evaluaciones se seleccionarán los animales que serán utilizados, mediante diferentes mecanismos de uso masivo –inseminación artificial, transferencia de embriones– los individuos cuyo mérito genético total garantice que son los más apropiados como padres de la siguiente generación. No olvidemos que en esa evaluación de mérito genético total se deben incluir como rasgos de mayor importancia aquellos relacionados con adaptación al medio donde ellos y su descendencia se van a desempeñar. Con excepción del programa de evaluación genética que adelanta ASOCEBÚ desde 1997, y con las evaluaciones puntuales a nivel de centro experimental que adelanta AGROSAVIA en sus centros de investigación con algunas de las razas criollas, desconozco una estructura seria de información en fincas comerciales de carne. Lo anterior no solo es un escollo sino la principal barrera que nos impide llevar a cabo un PMG con el rigor técnico – científico que se requiere e, insisto, con las poblaciones de animales localmente adaptadas y apropiadas.

Conclusiones y recomendaciones

Con base en las anteriores consideraciones, es importante precisar que solo existen dos rutas para adelantar un PMG: la selección y los cruzamientos. No existen otras rutas o caminos y confundir una herramienta con un PMG es un indicativo claro de desconocimiento de los principios de la genética, del mejoramiento y del medio productivo colombiano, es decir de la función de producción F = G + A + GxA. La transferencia de embriones –TE– es una técnica reproductiva y una herramienta para afrontar un plan de mejoramiento, en casos muy específicos, especialmente cuando se conoce el verdadero mérito genético de los animales mediante evaluaciones genéticas y económicas precisas, de las cuales, con contadas excepciones, adolecemos en nuestro medio.

Vale la pena puntualizar que la mayor limitante productiva de la ganadería colombiana es la reproducción y ella nunca la vamos a mejorar o resolver introduciendo al país germoplasma seleccionado y mejorado en otras latitudes y menos con técnicas reproductivas; la podemos mejorar cuando nos convenzamos que la necesidad es tener animales adaptados y seleccionados localmente y trabajando en el campo.

Registremos apropiadamente todos los eventos de reproducción, crecimiento –pesos– y producción –leche, rendimiento en canal– para que tengamos la información necesaria y la oportunidad de hacer evaluaciones genéticas y económicas, fundamentales, para poder iniciar programas de selección y cruzamientos efectivos y objetivos con nuestro patrimonio genético representado en todas aquellas razas taurinas e índicas localmente adaptadas a cada medio y sistema de producción.

Finalmente, es importante resaltar el hecho de compromisos tanto nacionales como internacionales referentes a temas de tanta relevancia como los relacionados con la biodiversidad biológica, el desarrollo sostenible –ODS–, la declaración de Interlaken relacionada con el desarrollo, mejoramiento y uso sostenible de los recursos zoo genéticos de razas y especies localmente adaptadas en cada región o país (FAO – MADR, 2010).

Genetica-2

Declaració‬n de Interlaken ‭(‬Suiza‭, ‬2007‭)‬

Los 109 países que asistieron, entre ellos Colombia:
Afirmaron que la conservación y utilización de la diversidad de los recursos zoogenéticos –RZ– para la alimentación y la agricultura eran esenciales para permitir a los ganaderos y mejoradores hacer frente a los desafíos presentes y futuros relacionados con los cambios en los medios de producción, particularmente los debidos al cambio climático, para reforzar la resistencia a enfermedades y los parásitos y poder responder a los cambios en la demanda de los consumidores.

Se comprometieron a facilitar el acceso a estos recursos y a asegurar la distribución justa y equitativa de sus beneficios.

Se reconoció que en la actualidad existen importantes lagunas y deficiencias en las capacidades nacionales e internacionales para gestionar los recursos genéticos animales que deben ser abordadas con urgencia.

Se declaró que se deben encontrar los recursos económicos, así como el apoyo necesario, para la puesta en marcha a largo plazo de programas a nivel nacional e internacional para RZ.

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