Hablemos de eficiencia en la cría

Quisiera comentar acerca de dos temas que implican eficiencia en la reproducción y la crianza. Colombia no se debe quedar atrás del progreso de las demás potencias ganaderas a nivel mundial.

¿Qué es natalidad?

Tomo con preocupación que algunos agentes del sector ganadero –sin ánimo de polemizar– no tienen claro qué es natalidad; por lo contrario, hay quienes facilitan su obtención con fórmulas no adecuadas, lo que arroja información falsa de tan importante indicador.

Recordemos que la natalidad es un indicador de eficiencia en la reproducción, que se expresa como porcentaje o tasa porque es dinámica; se mide una vez por año en términos de calendario, y es un valor relativo en el tiempo, que es cambiante y específico a la población medida. A su vez, ese valor nos permite hacer comparaciones objetivas a todo nivel en dicho aspecto; es decir, podemos hacer comparaciones entre hatos nacionales e internacionales bajo este objetivo parámetro.

Como indicador de eficiencia, la natalidad se puede definir como:

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donde TNA se refiere a terneros nacidos por año –enero 1 a diciembre 31, año cerrado permite facilitar comparaciones por calendario– y VAR es vientres aptos para la reproducción. Bajo este concepto es que las ganaderías tradicionalmente eficientes a nivel mundial han trabajado a lo largo de las últimas décadas.

¿Qué es un vientre apto
para la reproducción?

También conocido como VAR, se refiere a aquellas hembras que, independientemente de su peso o edad, tienen el desarrollo fisiológico suficiente que les permite presentar un celo normal, y son capaces de preñarse.

Para determinar el momento a partir del cual un vientre es apto para la reproducción, se puede utilizar la palpación rectal o ultrasonido, y así, de acuerdo con el desarrollo ovárico, clasificar la hembra. Una hembra puede perfectamente ser VAR y estar vacía haciéndonos perder eficiencia. Una vez que una hembra es VAR no deja de serlo, se preñe o no es responsabilidad de quien administra.

De acuerdo con esto, la natalidad se ve favorecida cuando existe precocidad sexual, que no es otra cosa que la tasa de engrasamiento del animal en el tiempo, que favorece el inicio fisiológico de la reproducción por la activación hormonal debido a la energía destinada para ello, o individuos de ciclo corto; así se aumenta el porcentaje de hembras que producen un ternero en relación con la cantidad total de hembras, es decir que conviene reducir el tiempo de levante de las hembras y aumentar la frecuencia de las que se preñan antes.

Es sumamente costoso mantener vientres vacíos que son VAR porque la comida, insumos y administración son recursos limitados que se deberían emplear exclusivamente en aquellos vientres que producen un ternero.

Terneros nacidos por año

Debemos preocuparnos por tener el mayor número de terneros nacidos por año –TNA- en relación con los VAR, lo que indica qué tan buenas administradoras y tomadoras de decisiones son las empresas ganaderas. Intrínsecamente estamos hablando de que hay que perder el miedo de descartar los vientres ineficientes, y enfocarse en reproducir únicamente los que en principio se preñan antes, y los que nos ayudan a aumentar la frecuencia de terneros nacidos. Es decir que hay una respuesta correlacionada favorable con la reducción del intervalo entre partos y la tasa de natalidad, y la mayor precocidad sexual con la tasa de natalidad.

Esto, si lo tomamos en serio, es un revolcón en la tradicional forma de criar ganado, porque hay que tener claro que una hembra que entre como VAR y esté vacía, disminuye drásticamente la natalidad.

No sobra decir que para lograr una preñez se necesitan toros fértiles, interesados activamente en las hembras y preferiblemente sin enfermedades reproductivas. Todo esto afecta directamente el número de terneros nacidos por año –TNA–.

Lo que dicen las cifras

Los indicadores nacionales hablan de una tasa de natalidad cercana al 53% según el informe de “Cifras de la cadena cárnica Bovina y Bufalina” para octubre de 2018, presentado por el Consejo Nacional de la Cadena Cárnica y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. Respetuosamente, y con el único ánimo de perfeccionar la estadística, no me queda claro qué población fue incluida dentro del universo considerado para esta cifra, debido a que en la mayoría de los casos, cuando profundizamos en el tema, se incluyen únicamente las hembras preñadas y se excluyen los VAR vacíos; o sea que estamos midiendo mal y no estamos conociendo nuestra realidad. Los computadores procesan la información independiente de la veracidad de la misma, y nos arrojan diagnósticos precedidos por esa alimentación que nosotros suplimos en las empresas ganaderas. No nos asustemos si descubrimos que la verdadera tasa de natalidad en Colombia está por debajo del 40%, para no decir una cifra inferior y no desanimar. Esto es una gran oportunidad para aumentarla, y consecuentemente incrementar el abastecimiento de los productos de origen animal al mercado colombiano.

La ineficiencia en la reproducción, vista desde un punto de vista global, hace costosa la producción de ternero y consecuentemente, no nos queda otra que producir carne costosa que nos aleja de la competitividad en los mercados actuales, frente no solamente al mismo producto a nivel interno o externo, sino frente a productos cárnicos de animales como el cerdo, pollo o pescado.

Considerar en serio estos indicadores con información veraz, fue parte de la receta que permitió el gran salto de Brasil como productor de carne bovina e importante jugador en el escenario mundial. Las empresas se deben administrar con pragmatismo, es por eso que los animales modernos de hoy se seleccionan con índices meramente económicos, donde la reproducción tiene una alta ponderación entre los criterios.

Qué interesante y formativo sería que en las empresas ganaderas, a nivel nacional, se utilizara estrictamente esta metodología simple. De otra forma jamás sabremos qué tan eficientes somos, y repetiremos por fuera de nuestras empresas una cifra mal calculada que al final a nadie beneficia.

¿Cómo aumentamos
la tasa de natalidad?

De forma inmediata, eliminando todos los vientres que no generan un ternero al año, y reproduciendo únicamente los que sí lo hacen. Esto incrementa drásticamente la natalidad. Sin embargo, no se debe ser simplista al momento de tomar una decisión que tenga consecuencias en lo económico, y no todos los empresarios del campo estarán dispuestos a hacerlo. Se debería premiar con la permanencia en la empresa únicamente los vientres que nos hacen aumentar la natalidad, ir en contravía de esto es comenzar a perder eficiencia, que es dinero.

Es fundamental la toma de información por animal de forma constante, principalmente de los partos. No se puede ser eficiente si no se sabe qué se tiene. Una vez se entra en el sendero de aumentar la natalidad, en términos administrativos, esta tiende a aumentar cada año, reduciendo los costos operativos por individuo producido, permitiendo el mayor aprovechamiento de las pasturas. Pero hay que ser implacable al momento de descartar un individuo ineficiente reproductivamente.

En las evaluaciones genéticas a nivel mundial, desde hace más de cuarenta años, se consideran características como la probabilidad de preñez temprana, y hay toros que sobresalen en numerosas poblaciones para esta característica y que logran transmitirlo a la siguiente generación –valores genéticos aditivos– estadísticamente. También existen individuos excepcionales que logran transmitir exitosamente la reducción del intervalo entre partos de sus hijas; esto implica, o está correlacionado, con menor peso al nacimiento –dentro de una misma población–, mejor recuperación pos parto, menor tiempo en presentar el primer celo fértil, y va muy de la mano con los requerimientos nutricionales del animal, que si son alcanzados prontamente, la actividad fisiológica de la reproducción se reactiva con normalidad. En la mayoría de los casos, los animales con mayor potencial para ello son de tamaño medio, con desempeño eficiente. Todo esto, si es tenido en cuenta por los empresarios ganaderos, hace posible aumentar la natalidad.

Producir nuestros toros hijos de los más eficientes VAR o utilizar toros con probada eficiencia reproductiva, comprarlos y llevarlos a las empresas ganaderas hace posible aumentar la natalidad. Actualmente existen empresas dedicadas únicamente a perfeccionar la reproducción, que trabajan de la mano con casas de genética, y esto implica un equipo profesional para el análisis de datos, selección de individuos, toma de decisiones, y socialización del producto. Todo esto se lleva a cabo en multinacionales ganaderas que están sintonizadas con lo que el mercado quiere, y hoy se puede acceder a todo.

Sin ánimo de polemizar, el uso de biotecnologías reproductivas –inseminación, transferencia de embriones, entre otras–, a pesar de hacer posible traer genética de individuos con cierto potencial y que no existe en las empresas ganaderas, reduce la eficiencia reproductiva debido a que parte de los vientres que son destinados a esos programas –que deben entrar en la fórmula de natalidad– se les permite el atraso de su preñez como premio por su desempeño. Con esto no estoy criticando negativamente estas herramientas, sino incentivando el uso de ellas ojalá –con el objeto de aumentar natalidad– por fuera de lo que se considera el conjunto de animales que son VAR de las fincas productoras, y buscar tercerizar este proceso para que no dañe la estadística. No es fácil que un inseminador o un aspirador-transferidor le gane en preñeces a un toro en un mismo número de vientres; sin embargo, no quiere decir que sea imposible.

Los vientres que más producen dinero a las empresas ganaderas, son aquellos que dentro de un mismo período de tiempo producen la mayor cantidad de crías, por todos los ingresos que producir un ternero implica; y esto es lo que más ponderación debe tener.

¿Cómo se debe medir la eficiencia del criador?

Los empresarios de la cría deberían estar hablando de cómo aumentar la natalidad y la eficiencia del criador –ver recuadro–. Este concepto considera, además de la tasa de natalidad, la habilidad de los criadores para llevar al destete un ternero, mediante la utilización de técnicas, decisiones e insumos para impedir su mortalidad y poder venderlos o ingresarlos en la estadística. Es decir, los teneros destetos por año –TDA– van de la mano de la facturación.

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Donde TDA es terneros destetos por año
y VAR es vientres aptos para reproducción.

Un criador, en relación con el número de vientres aptos para reproducción –VAR–, que tenga la cantidad de terneros destetos por año –TDA– lo más parecido a la cantidad de terneros nacidos por año –TNA–, siempre será el productor más eficiente de acuerdo con sus condiciones. Recordemos que esta eficiencia es sinónimo de dinero.

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