Alternativa rodante

Por Gonzalo Munévar G.

Para paliar los efectos del decreto 1500 en el sacrificio animal y el abastecimiento de carnes, pronto se pondrá en marcha una alternativa viable desde lo económico, lo técnico y lo sanitario.

Las comunidades de aquellos más de 200 municipios cuyas plantas de beneficio animal -mataderos, en el habla popular- dejaron de funcionar por no cumplir las exigencias del decreto 1500, están en vísperas de empezar a contar con algo quizás mejor que lo que acaban de perder.

Se calcula que en enero de 2017, es decir, mañana mismo, estará rodando por carreteras colombianas la primera planta móvil para el sacrificio de bovinos, porcinos y ovinos, diseñada y ensamblada en Colombia, que si bien entre nosotros es toda una novedad, en un número enorme de países, entre ellos varios latinoamericanos, funcionan desde hace bastantes años con éxito probado.

“El costo de las plantas de beneficio que cumplan las exigencias del 1500 no es bajo; puede ser de 10 mil millones de pesos y si el presupuesto general de un municipio oscila entre seis mil y siete mil, ninguno las va a construir, menos si para atender el consumo semanal de sus habitantes le basta con sacrificar sólo diez animales. En contraste con dicho costo, el de una planta móvil no es mayor a tres mil millones de pesos”, revela y subraya Wilson Ríos, médico veterinario de la dirección de Inocuidad e Insumos Veterinarios del ICA, miembro del Comité Técnico Nacional de la Cadena Cárnica, en cuya condición ha participado en las modificaciones del 1500 original y quien lidera el proyecto y diseñó el vehículo.

Viable y aceptado

Ríos precisa que en ningún punto del 1500 se prohíbe que los ganados sean beneficiados en una planta móvil, por lo que el Ministerio de Salud apoya la iniciativa promovida por él, y que para mostrar que cumplirá con todas las normas se ha acordado con el Ministerio del Medio Ambiente trabajar en un piloto para definir el manejo de los residuos del sacrificio, que, subraya, “tampoco son altamente contaminantes en la medida en que la frecuencia de su disposición en un mismo sitio no es mayor de dos veces al año”. A su turno, el Ministerio del Transporte lo único que exige para dar su visto bueno es que los vehículos destinados a esa labor cumplan con las especificaciones mecánicas y con las técnicas en cuanto a longitud, anchura y altura. Falta sólo que el Invima constate que en su operación la planta cumple con las exigencias sanitarias propias de su responsabilidad como autoridad.

Ríos, quien lleva ya cinco años trabajando en la idea, al enterarse de que en Uruguay funciona este tipo de plantas, viajó y presenció la operación de una con capacidad instalada para beneficiar diariamente 600 porcinos adultos, 400 ovinos y 400 lechones.

Aclara que el suyo es un diseño diferente, como se verá adelante, con capacidad para beneficiar cada día entre 400 y 500 porcinos u ovinos. Para los porcinos dispone de caldera para el pelado, caja de insensibilización, escaldadora, transportadora de la sangre y las demás características de una planta fija. Adjunto a la móvil se parqueará un camión refrigerado para el acopio de las canales. Las aguas servidas se almacenan en la parte inferior de la planta y finalmente se depositan en el alcantarillado de la población donde se sacrifiquen los animales.

La planta que propone Ríos tiene 42 metros cuadrados, que incluye un contenedor de trece metros de longitud y 2.40 de anchura cuando está cerrado, pero que al entrar en operación se amplía a cerca de siete metros pues de sus paredes se despliega un par de paneles. A su turno, la longitud crece por cuanto en el centro el vehículo tiene un fuelle que, abierto, la aumenta en diez metros.

El mentor de este modelo asegura que también aporta al bienestar de los animales en tanto reduce considerablemente las distancias que hoy deben recorrer para llegar a una planta fija, y la mejora en su bienestar se traduce en la calidad de la carne.

El principio básico es idéntico para toda especie animal; para los bovinos, simplemente se eliminan la caldera y la escaldadora utilizadas en porcinos, con lo que se gana espacio.

La que se propone para Colombia puede tener un costo mínimo de 3.000 millones de pesos, según estima Ríos, y aunque en algunos casos una planta fija puede costar lo mismo sólo atiende a un municipio, mientras que la móvil puede servir a entre cinco y diez, cada vez, lo que equivale a decir que si diez se interesan en contar con ella cada uno tendría que aportar sólo 300 millones. Se tiene calculado que para que sea viable, las comunidades a las que atienda estén en un rango de 50 kilómetros.

Una planta móvil ofrece a los ganaderos un atractivo que no encuentra en la fija, como es poder pagarles tanto dinero como el que se ahorran por no tener que transportar sus ganados a distancias largas. Wilson Ríos calcula que ese ahorro/ganancia puede llegar a 50.000 pesos por animal, e incluso a más por cuanto elimina un número importante de intermediarios.

Las regiones hablan
La preocupación de las regiones por el impacto del cierre de plantas sobre el abastecimiento de carnes y la calidad de ellas es simultánea con la búsqueda de alternativas. En Arauca, por ejemplo, el gobierno departamental estudia la posibilidad de utilizar uno o dos frigoríficos móviles para atender a poblaciones como Fortul, Arauquita, Cravo norte y Puerto Rondón, cuyas plantas fueron clausuradas. Remplazarlas por unas nuevas le costaría al erario público entre 23 mil y 25 mil millones de pesos por cada una, según estima la secretaría departamental de desarrollo agropecuario.

 En sus primeras gestiones al respecto, el gobierno araucano ha explorado la posibilidad de importar de Argentina plantas móviles con capacidad para sacrificar diariamente alrededor de 50 animales, que cumplen con las exigencias del Invima y cuestan alrededor de 2.000 millones de pesos cada una.

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