Santander ayer, hoy y mañana

En un ámbito donde la producción agropecuaria es de gran importancia, El Socorro celebra en noviembre los cien años de su feria ganadera, la más antigua del país. Municipio cargado de historia, como haber sido la cuna de la Insurrección de los Comuneros en 1781, allí a ganadería ha tenido papel de preponderancia con diversas razas que se han destacado en su ámbito local, en el país y más allá.

Antes que ninguna otra, el Chino Santandereano aportó su fortaleza para trabajos que involucraban tiro y carga, produciendo a la vez carne y leche de calidad sin dejarse amilanar por los embates del clima, más bien aclimatada en 500 años para volverse resistente a enfermedades y extremos climáticos. La embestida del cebú lo llevó a las puertas de la extinción, pero no da su brazo a torcer y lucha, con ganaderos que creen en ella, para ofrecer sus cualidades y aportar al desarrollo del sector.

En la raza Cebú no son pocos los ganaderos socorranos que se han desempeñado con lujo en las ferias más importantes del país, con sus animales criados en estas ariscas y a la vez fructíferas tierras, y con sus productos han enriquecido la genética de muchas otras ganaderías en zonas lejas y más cercanas. Innumerables ganaderos han creído en esta raza y en sus habilidades y ofrecen una genética de calidad. Destacamos dos de ellos, y quisiéramos hacerlo con muchos otros.

En la segunda década del siglo pasado, un ganadero visionario, intuitivo y sensible creó una raza, la Beefmaster, para aportar rusticidad y habilidades productivas para las condiciones tropicales del país. No imaginaba que más al norte, en Estados Unidos, ya existía y su encuentro fue motivo de sorpresa y de desarrollo más acelerado de esta genética que hoy es motivo de orgullo y avance.

En este ámbito, otras razas, puras y en cruces, como Angus, Simmental y Pardo Suizo, han aportado más recientemente al desarrollo de la ganadería de esta región con vocación preponderantemente agropecuaria, donde avicultura, café, caña panelera y otras actividades conviven y se dan la mano.

Hacemos un homenaje sentido a la región, a su gente y a su actividad ganadera, donde muchos de sus actores han sabido acoger la tecnología como factor preponderante de la producción, con sentido organizacional y visión empresarial.

En esta edición también queremos destacar un recurso básico del sistema productivo sin el cual la ganadería no sería lo que es, el suelo. Él plantea retos relacionados con la producción y, a la vez, con la necesidad de mantener inalterable su capacidad productiva, en un contexto donde producir más y de manera sostenible, debe ser un propósito claro.

Con este recorrido que ahora pisa Santander, seguimos abriendo la puerta a las regiones ganaderas del país.