DeCARNE 11

Desafíos por enfrentar

Con sus contrastes, Casanare ha pasado de ser una tierra remota, con futuro también remoto y a veces esquivo, a ser tierra de oportunidades inmensas que están transformando su presente.

En el foro La tierra en el desarrollo productivo y sostenible de la Orinoquia en un entorno de mercado, realizado por la Universidad de Los Andes en mayo en Bogotá, los expertos coincidieron en que el tema ambiental y social es bastante complejo en la región y alertaron sobre el impacto negativo que podría tener sobre otras funciones de la naturaleza el hecho de maximizar la agricultura en la región. “Es necesario involucrar los servicios de ecosistemas y de los actores culturales en juego, y así mismo tener en cuenta los balances socio ecológicos y promover un desarrollo integral de la altillanura. El reto debe ser incorporar el conocimiento existente y realizar un desarrollo prudente, basado en la gestión del conocimiento”, fue una de las observaciones derivadas del foro.

No se puede olvidar que en un entorno de mercados abiertos, Colombia, como todos los demás países, debe enfrentar la competencia de ganaderos y agricultores muy eficientes, y un aspecto que podría blindar al ganadero es mirar los mercados para así orientar su producción, como lo menciona en varias oportunidades Fabricio Figueroa desde su explotación en Hato Corozal

Sin duda son enormes los retos que enfrentan la Orinoquía y en particular Casanare –nuestro tema central en esta edición de la revista DeCARNE-, zona muy golpeada por la inseguridad que, al igual que en el resto del país, ha incidido en bajos rendimientos en la producción agropecuaria. “El conflicto armado reduce el PIB agropecuario en 3,1 por ciento y por el desplazamiento forzoso se pierde un adicional 4,3 por ciento”, manifestó Ana María Ibáñez, decana de Economía de la misma universidad, en el mencionado foro. Las cifras expresan la realidad nacional y bien aplican a Casanare. “Hemos sido carne de cañón”, se dolió Edgar Barragán, ganadero de tradición en Casanare.

Hay muchos más retos por enfrentar. Otro de ellos, manifestado personalmente por ganaderos en mayo, lo resumió Margarita Serje, del departamento de Antropología de la Universidad de los Andes: “la llegada de nuevos empresarios no han tenido en cuenta a los habitantes de la región, son excluidos de los planes que se hacen para la zona”.

Ante estos y otros retos, como el de mantener el estatus sanitario de libre de aftosa con vacunación frente al contrabando de reses o reconstruir –y construir- su malla vial muy deteriorada por el tráfico pesado y casi inexistente en cuanto a vías terciarias, Casanare parece emerger con posibilidades y potencialidades que debe desarrollar y fortalecer para incrustarse como el jugador importante que es en el país ganadero.

Seguimos tomándole el pulso a las regiones ganaderas de Colombia para mostrar esas realidades que construyen país empujadas por gente recia y luchadora.

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