DeCARNE 10

Genética e información van de la mano

El ganadero de carne del país tiene un amplio abanico de opciones genéticas –e innumerables cruces- por las cuales optar. Unas razas ofrecen precocidad, otras adaptabilidad, aquellas terneza de la carne, unas más conjugan varias cualidades. No todas las razas o cruces se acomodan al mismo medio ambiente, motivo que debería incitar al análisis cuidadoso de las congruencias entre entorno y genética, para alejarse del camino de las modas. Por eso, el ganadero debe conocer muy al detalle el entorno de su explotación así como las habilidades que cada raza o cada cruce le ofrecen para no caer en errores que salen costosos y que –desafortunadamente- son visibles muchos meses o años adelante.

Si bien la importancia de la genética en una explotación cárnica es enorme, no es el único factor a tener en cuenta. Porque la mejor genética no expresa todo su potencial sin la nutrición adecuada, por ejemplo, y sin otros aspectos como el manejo.

Lo que definitivamente soporta la eficiencia y el progreso genético –y de la explotación- es la información recogida en la finca. Solo así será posible evidenciar los cambios genéticos de la raza en el tiempo. La información permite hacer evaluaciones y comparaciones, valorar genéticamente a cada animal, para cada característica, saber su desempeño.

Debe ser confiable e incluir registros que consignen datos como el peso en varios momentos de la vida de cada animal, e inclusive el de animales muertos al nacer; las buenas comparaciones son difíciles de efectuar si se usan solamente algunos registros preseleccionados.

Otros datos incluyen el manejo nutricional y los tratamientos sanitarios, la fertilidad y la calidad de la carne estimada como el área del ojo del bife y la grasa de cobertura medida en milímetros a los 18 meses mediante ecógrafo; la medición del área del ojo del bife se utiliza en otros países para el pago de las reses, y es considerado el componente de la ecuación de rendimiento utilizado para clasificar y tipificar las reses; la grasa es indicadora de la facilidad de engorde y de la terminación adecuada de la res.

La importancia de la confiablidad es toda: un registro incorrecto provoca la pérdida de la información o errores importantes en la valoración de los animales, lo cual puede derivar en una inadecuada orientación de la explotación

Más allá de lo anterior, hay un aspecto en el cual pocos pensaban hace unos años y que por lo mismo no merecía análisis: el mercado al cual se espera mandar el producto, pues de esa consideración pueden depender decisiones que sumen rentabilidad a la explotación.

No Comments Yet.

Leave a comment