El Gobierno español aprobó el anteproyecto de ley para reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales sin reducción salarial. La medida ha generado inquietud en el sector ganadero y cárnico, donde se advierte sobre el aumento de costos, la falta de mano de obra y la rigidez en la producción.
Desde la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores –ASAJA–, su presidente Pedro Barato rechazó la medida y alertó de su impacto: “Ya sufrimos una grave falta de mano de obra y ahora nos obligan a contratar más trabajadores para hacer lo mismo. Esto supone un sobrecoste inasumible”, declaró.
La organización también critica que la actividad en el campo no puede ajustarse a horarios fijos, ya que la producción depende de factores como el clima y los ciclos de los animales. “Los legisladores desconocen la realidad del campo y legislan desde un despacho sin escucharnos”, lamentó.
“No parece que la medida pueda prosperar”
Desde la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España –ANICE–, Giuseppe Aloisio, subrayó que esta reforma se ha anunciado sin contar con la opinión de los actores de la cadena, lo que rompe con la tradición de pactar estos cambios en el marco del diálogo social.
“Este anteproyecto deberá pasar por los órganos consultivos y ser refrendado en el Congreso, pero visto el pronunciamiento de algunos partidos, no parece que pueda prosperar”, apuntan desde la asociación.
ANICE recuerda que en la negociación del convenio colectivo de la industria cárnica ya se acordó una reducción progresiva de la jornada anual, que pasará de 1.760 a 1.748 horas. Consideran que las empresas podrán adaptarse a este ajuste, pero insisten en que el absentismo laboral y la productividad siguen siendo retos pendientes para mejorar la competitividad del sector.
“Complicará los horarios comerciales”
Desde CEDECARNE, la asociación que representa al comercio cárnico especializado, su secretaria general, María Sánchez, alertó de que la medida afectará directamente a la operativa de las carnicerías.
“Dada la falta de personal cualificado que tenemos en el sector de la carnicería, la posibilidad de reducir la jornada laboral en el comercio cárnico especializado, formado en su mayoría por microempresas con una media de dos trabajadores, implicaría no poder seguir asumiendo los actuales horarios comerciales”, advierten desde la organización.
El principal problema, señala, radica en la dificultad para contratar personal cualificado, lo que impediría establecer turnos que compensen la reducción de horas. Sin embargo, desde CARNIMAD aseguran que entienden la importancia de la conciliación familiar y se muestran dispuestos a colaborar con las administraciones para buscar soluciones a la falta de personal en el sector.
“Se necesita consenso para garantizar la competitividad”
Desde la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas –FECIC–, su secretario general, Ignasi Pons, ha expresado la preocupación generalizada de las empresas ante una medida que consideran impuesta sin diálogo. “Pone en riesgo la viabilidad de muchos negocios, en un momento de incertidumbre económica, con el impacto de los aranceles y un crecimiento débil”, advirtió.
Además, desde FECIC subrayan que la reforma se plantea sin medidas compensatorias que ayuden a las empresas a adaptarse. “Si realmente se quiere avanzar hacia un modelo laboral sostenible, esto debe hacerse con consenso y con medidas que garanticen la competitividad del sector”, recalcó el secretario general.
La federación también alerta sobre la pérdida de competitividad que supondría la reducción de jornada si no se acompaña de medidas para mejorar la productividad. “¿Cómo vamos a ser igual de competitivos con el resto de los países si nos reducen el tiempo de trabajo sin mejorar la eficiencia?”, se preguntan desde FECIC.
Un futuro incierto para el sector
Mientras ASAJA ya ha anunciado que presionará en el Congreso para introducir medidas de flexibilidad, el sector en su conjunto sigue evaluando las implicaciones reales de esta reforma.
La reducción de jornada podría suponer un cambio significativo en la estructura laboral del sector cárnico y ganadero, donde muchas empresas ya afrontan dificultades para encontrar personal y absorber los costes de nuevas regulaciones.
Tomado de https://carnica.cdecomunicacion.es/author/beatriz-depares